Sigo
- PPF
- 27 dic 2016
- 1 Min. de lectura

"Tengo un reflejo que me grita desde el cristal, que echa en falta unos ojos que le miren sin perderse en infinitos, que le sonrían o lloren pero sólo por primera persona del singular. Tengo un reflejo que me pregunta cada mañana si aún sigue ahí la chica de siempre, la que nadaba contra ciertas corrientes, alcanzando metas sin importarle lo que sucedía en la orilla, acostumbrada a quedarse con dedos de más a la hora de contar. Tengo un reflejo que me mira con desconfianza y yo lo único que sé hacer es sonreírle, como intento de decirle: "tranquilo, estamos bien". Porque yo ya sé que es inútil pretender encontrarme en ese reflejo de aquello que fue. Lo mismo que no hay dos días que veas un bosque igual, soy ese árbol que mudó hojas, se dio algo de color y alargó raíces para mejorar la savia que le recorría por dentro. Así que querido reflejo, aunque quizás me veas algo cambiada, tranquilo,
sigo aquí, justo al otro lado
del cristal".






















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